51.gif (1634 bytes)Mi historia de infertilidad no es interesante por lo sofisticado de los tratamientos , ni por el número de intentos, ni siquiera por el tiempo transcurrido. Cada pareja es única y cada historia diferente, y como tal la mía tiene algunos rasgos que la hacen particular: que mi paso por la infertilidad fue teniendo ya una hija , lo que me hacía actuar simultáneamente en el mundo fértil de mamás que llevan sus hijos a la escuela y en el mundo infértil de frustración mensual , mes tras mes , año tras año. Otra particularidad fue que mi lucha más difícil no fue contra la imposibilidad física de concebir, sino contra la oposición de mi marido de tener otro hijo, y la última fue mi trabajo. Soy médica ginecóloga y francamente me resultaba muy perturbador ocuparme de la fertilidad ajena ,mientras yo tenía tantas dificultades con la mía.

 No sé bien cuándo empieza esta historia. Quizás en 1996, cuando yo tenía 31 años....Para ese entonces ,llevaba casada 7 años con Claudio y teníamos a Malena de 4 años. Yo tenía todo perfectamente planificado. Cuando quise tener un bebé , mi marido tuvo bastantes reparos , pero como quedé embarazada de Malena el primer mes que no usamos anticonceptivos , no hubo mucho que discutir. Y desde que nació  se convirtió en la niña de sus ojos. Después de concienzudos análisis había decidido que la edad ideal de espaciamiento entre los hermanos era de 4-5 años , para poder dedicarse bien a cada uno.

Como Malena tenía ya 4 años era tiempo de poner manos a la obra, Fui y le pedía mi ginecólogo que se sacara el DIU.

 Primera sorpresa desagradable: Claudio no se limitó a poner reparos verbales como la otra vez y, además de decir que no quería, comenzó a usar preservativos. Discutimos y discutimos como año o año y medio. Nos parecía una decisión irrevocable ya que creíamos que la primera vez que dejáramos de cuidarnos se iba a producir el embarazo. Bajo amenaza de divorciarme , hizo terapia 2 años. Yo tenía la esperanza de que cambiara su postura, pero no fue así. El análisis le resultó muy provechoso para otros aspectos de su vida, pero su negativa seguía en pie. El problema era que no se podía llegar a una solución negociada, un poquito para cada uno. El no quería tener otro hijo y yo sí. Ninguno podía obligar al otro , las dos posturas eran válidas y se hacía sí o no. No podía quedar medio embarazada......

Soñaba con que se rompiera un preservativo y con  mi fertilidad prodigiosa J, bastara para quedar embarazada. Pero eso tampoco sucedió.

Mientras tanto ., yo seguía con mi propia terapia hasta que nuestra relación llegó a tal deterioro que fuimos a unas entrevistas de pareja por sugerencia de mi analista (Por si no lo sabían Buenos Aires, en Argentina, donde vivimos ,es conocida por ser la capital mundial del psicoanálisis Me imagino que se dan cuenta porqué De esas entrevistas surgió que Claudio dejó de usar los preservativos ,pero medio a regañadientes. El primer mes que tuvimos relaciones el día 11 del ciclo, me hice la beta antes del atraso ¡Estaba completamente segura de estar ya embarazada! Además tenía “todos” los síntomas J. Pero no sucedió ese mes, ni el 2°, ni el 5°, ni el 9°. Todos los meses transcurrían más o menos así:

1)       Menstruación= llanto y desilusión,

2)       aproximación de días preovulatorios (odiaba llamarlos “días fértiles”, ya que nunca lo eran para mí, al final terminamos llamándolos los “días menos infértiles” ) = tensión en el ambiente ¿Conseguiría que Claudio accediera a “hacerlo en esos días”?. Me ponía histerica , lo que conducía a :

3)       gritos , peleas y acusaciones de “sólo lo querés hacer hoy porque es un día fértil” (¿Obvio, no? J

4)       conseguir montar un strip-show en medio del escándalo y “cumplir”

5)       Esperar , esperar y esperar para desembocar siempre en :

1)        Menstruación , etc, etc.......

 

El tiempo transcurrido entre los 6 meses y el año, me resultó desconcertante y angustioso. Una todavía no es una infértil “oficial” y no se siente con derecho a consultar para que no la despachen con el consabido consejo de esperar un año y una exhortación a “ no ponerse nerviosa” L, pero ya sospecha que algo anda mal

En ese lapso, me auto-indiqué algunos estudios indoloros : exámenes de flujo e hice una consulta a los 9 meses. El especialista en fertilidad que me vió me dijo que no me embarazaba ,porque estaba muy nerviosa y que tenía que ir a una psicóloga. Cuando le contesté que justamente era mi psicóloga, la que me decía que hiciera los estudios, respondió que  los psicólogos no saben nada de esas cosas. De todos modos le pude arrancar unas órdenes para un espermograma y unos estudios hormonales para mi. Todo eso dió bien, pero llegué al año , lo pasé y todo seguía igual....... Lo que hacía era decirme: voy a hacer tal estudio, pero mejor el mes que viene , porque quizás me embarace este mes y ya no sea necesario.......

 Al pasar el año de intentos y ser una infértil de acuerdo a la definición de los libros J, tomé conciencia de que ya no podía seguir engañandome y decidí hacer otra consulta. Antes me hice la histerosalpingografía. Como médica del  radiólogo que me hizo el estudio , conseguí (pagué J ) una anestesia general. Siempre había tenido problemas con la colocación y extracción de los DIU, ya que mi cuello era (es) muy estrecho y le tenía pánico a la histerosalpingografía. Obviamente todos me trataron como una histérica, pero cuando me desperté de la anestesia, el médico me dijo: “las trompas son permeables, pero no hubiéramos podido pasar el cuello sin anestesia. Aún así costó muchísimo.”

 Fui a la consulta con otro especialista. Este me mandó a hacer estudios genéticos e inmunológicos. El inmunólogo me dijo que en mi caso no valía la pena hacer nada y me contó que su mujer tardó un año y medio en quedar embarazada del 2° hijo. Recuerdo que me ponía fechas límite del estilo de : seguro que antes de los 3/6/9 meses quedo embarazada. Después fue antes del año y en ese momento el año y medio. Más adelante mi fecha fue “antes de los 2 años” y así sucesivamente.......

Este especialista me empezó a dar clomifeno y como yo estaba segura de que lo mío no era un problema ovulatorio  y no se había molestado en hacerme un test postcoital, lo dejé. Por supuesto que Claudio opinaba que yo era una maniática a la que ningún médico le venía bien.

 A todo esto ya estábamos en 1998 y yo estaba profudamente angustiada. Y no lo digo en el sentido ligero de la palabra. Para entonces había terminado con mi terapia y no quería volver, así que me empezaron a medicar con ansiolíticos , que me hicieron bien al principio , y después ya no. Me subieron las dosis y luego me agregaron una segunda medicación, pero cada vez me sentía peor. Además me sentía muy culpable de que mi hija tuviera una madre que se encerraba a leer sobre infertilidad y a llorar, mientras ella jugaba sola o miraba televisión. Al final , mi tía se alarmó de verme así y me pidió que viera a una psiquiatra  conocida para ver si realmente necesitaba tanta medicación. Eso fue un gran acierto. En su opinión, se podía manejar mejor con entrevistas que con medicación, así que la fui dejando . Fue muy clara , me dijo que la terapia no era para que yo quedara embarazada , ya que el impedimento  no estaba  allí. Pero que me iba a servir de apoyo y de guía  para la crisis que estaba viviendo ¡Y cumplió con creces! J

 Mi tercer especialista fue una amiga mía, ex compañera de la facultad  , con su propia historia de infertilidad y con un marido poco colaborador. En ese entonces yo había hecho un descubrimiento maravilloso.: EL TABLERO J . Como bien dice Cova éramos “ 4 gatos locos”. Entré muy tímidamente preguntando si me aceptaban (por mi infertilidad 2°) y fui tan bien recibida que no pasó un solo día desde entonces sin encontrarme con mis amigas de El Tablero. En ese entonces la mayoría estaban FIV o ICSI y yo ni siquiera tenía diagnóstico , pero fue maravilloso descubrir que no era la única a la que le pasaban esas cosas.

Fue ella la que me diagnosticó el factor cervical. Los espermogramas estaban muy bien , pero los postcoitales eran un desastre. Con el tiempo llegamos a hacer 6 ó 7 , y el resultado era siempre el mismo: 100% inmóviles. “No hay problema”, me dijeron, “esto se soluciona fácil con una IA” ¿Fácil? Bueno , no TAN fácil.......

 Al ver que los días fértiles no eran tales , Claudio había superado ese tema y nos habíamos pasado ese año haciendo test de ovulación , teniendo relaciones el día de las 2 rayitas (¡por fin , 2 rayitas en algo! J) y nada de nada .........Pero de tratamiento ¡ni que hablar! Mientras nuestro matrimonio seguía deteriorándose cada día más , yo me obsesionaba tomando muestras de mi moco cervical todos los días para verlas al microscopio. (Un desastre, algo andaba muy mal allí). Aunque nos pasamos todo ese año hablando de divorciarnos para fin del ’98 , la situación era tan crítica y la separación parecía tan inminente que , ya que no teníamos nada que perder fuimos a unas entrevistas de pareja. Yo no soportaba vivir con el obstáculo que me impedía concretar lo que yo más deseaba y supongo que el no soportaba que yo le impusiera mis condiciones. No encontrábamos la forma de conciliar y cada vez estábamos más polarizados. Por un lado sentía que la convivencia se había vuelto imposible ,por el otro no podía creer que 15 años juntos terminaran así. Por supuesto que como esta es la historia de Estela, hablo sólo por mí .Lo que pensaba Claudio , hay cosas que sólo él sabe........

 Luego de las entrevistas ,por motivos que no concozco , mi reticente marido accedió a hacer todo lo que fuera necesario  para tener otro hijo. Para mí fue como si se me abriera un mundo nuevo y arranqué dispuesta a agotar todos lo que me ofrecía la ciencia y , en el caso de que no alcanzara , a adoptar (¡Y Claudio me decía a todo que sí! J )Empecé con  2 ciclos para IA cancelados , uno por un quiste residual y el otro por mala respuesta al clomifeno.

Me derivaron a un instituto de fertilidad para hacer otra estimulación (con inyectables), y allí ¡sorpresa! Me dijeron que no valía la pena hacer IA, ya que en la histerosalpingografía no se veían las trompas permeables (¿Se acuerdan que había costado mucho pasar el líquido?).

En resumen: laparoscopia (las trompas estaban bien) e histeroscopia (el cuello estaba prácticamente cerrado)

Estimulación con Puregon y más postcoitales. Como seguían dando mal , el 3 de julio del ’99 me inseminaron. Yo pensaba que las 6 IA que me habían propuesto eran sólo un “trámite” antes de la/s FIV. Realmente no le creía a mi médico cuando me decía que lo mío era “sólo” un factor cervical, pero lo era , ya que quedé embarazada en esa 1° inseminación.

 Mi embarazo fue bastante complicado al principio ya que estuve con una amenaza de aborto y un hematoma todo el primer trimestre. Pero pasó y llegué a las 37 semanas, cuando Magalí hizo su entrada triunfal el 9 de marzo del 2000

Ahora ya tiene 6 meses. Con el tiempo, nuestro matrimonio fue resurgiendo con la confianza que da el saber que si pudimos sobrevivir a eso, podemos muchas cosas. Y cuando miramos a nuestras hijas no podemos creer la suerte que tuvimos.

Estela.

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Manel (36) y Mónica (35)

Comenzamos a pensar en tener hijos cuando yo cumplí 31 años. Eramos
absolutamente inocentes y, como muchos, pensábamos que se trataba
simplemente de dejar de tomar anticonceptivos y como por obra de magia, me
quedaría embarazada. Aún recuerdo la cara de mi marido la primera vez que
hicimos el amor "sin protección", una cara que decía "ya está, ya lo hemos
hecho, hala, ahora a esperar 9 meses y a cambiar pañales!!!" Ese mes me vino
la regla, y el siguiente, y el otro....y yo comencé a leer y a leer y a
observar mi cuerpo y a enterarme de cómo era en realidad el ciclo femenino.
Después de tanta lectura (y de otras cosas, por supuesto), llegó el anhelado
embarazo al cabo de unos 8 meses. Seguíamos siendo inocentes y pensando que,
aunque nos había costado mucho tiempo (para nosotros entonces era mucho
tiempo), por fin lo habíamos conseguido, y por supuesto, aún con el test de
embarazo en la mano, empezamos a llamar a familia y a amigos para dar la
buena noticia. Pensábamos en nombres, en cómo pondríamos la habitación, en
qué mes nacería....

Mi deseado embarazo acabó a las 8 semanas, tras un doloroso (física y
mentalmente) aborto espontáneo. Como no habíamos hecho ecografías, no
supimos nunca cual fue el motivo, ni siquiera cuánto llegó a evolucionar el
embrión. El caso es que mi ginecólogo no le dio mayor importancia y dijo que
"estas cosas pasan" y que era más común de lo que pensábamos. Que
volviéramos a intentarlo.

Y volvimos a intentarlo. Entre tanto, yo veía que algún problema tenía yo
que tener para que desde la ovulación hasta la regla pasaran tan pocos días.
Y leyendo y leyendo, y buscando y buscando en Internet, llegué a la
conclusión de que mi problema, o uno de ellos, podía ser un déficit de
progesterona. Así que con mis gráficas de temperatura basal me fui a mi
ginecólogo y le dije si no le parecía que pudiera ser ese problema. El me
mandó hacerme un análisis de sangre y también un seminograma de Manel.
Conclusión: mi progesterona era baja y el seminograma de Manel era
HORROROSO, habían pocos y malos, a lo cual mi médico dijo que nuestra única
salida era la inseminación artificial. Yo no entendía nada, pero si ya me
había quedado embarazada, cómo podía ser? Así que con la recomendación de
que Manel fuera a un urólogo, y la noticia de que no íbamos a poder
conseguir un embarazo de forma natural, me despedí de él.

Ese mismo mes me vino la regla antes de tiempo. Además, era una regla
"rara", al cabo de una semana seguía manchando y al final, harta de mi
ginecólogo, me fui de Urgencias a Dexeus porque pensé que "algo tenía", no
sé, un quiste, un tumor, "algo". Me hicieron un reconocimiento y un análisis
de orina. Cuando me vestí y pasé a la consulta, el ginecólogo que me había
atendido me dijo que me habían hecho una prueba de embarazo "y que no había
salido negativa". Ya sabéis que dos negaciones hacen una afirmación, así que
le pregunté con cara de idiota si me estaba diciendo que estaba embarazada.
Me dijo que eso parecía, pero que para confirmarlo tenían que hacer un
análisis de sangre y ver si era un embarazo evolutivo, o un embarazo
ectópico o qué pasaba, porque los sangrados no eran normales. Le comenté los
resultados de mi progesterona y me recetó suplementos de progesterona. La
beta en sangre dio positiva, y me hizo repetirla a los dos días. El número
se había duplicado así que parecía que estaba embarazada y que el embarazo
seguía activo. Una ecografía reveló un saco gestacional en el útero, con lo
cual se descartó también un embarazo ectópico. PERO.......el saco
gestacional era pequeño para las fechas y no se observaba ninguna estructura
dentro de él. Nueva ecografía a la siguiente semana revela lo
mismo........Diagnóstico: huevo anembrionado. Legrado y fin de mi segundo
embarazo.

En este momento nos preguntamos mil cosas. Qué pasaba, qué nos pasaba. En el
legrado no hubo tejido suficiente para analizar, por lo tanto causa
desconocida. Fallo cromosómico en los inicios de división celular. Así le
llamaron a la pérdida de mi segundo sueño.

A partir de ahí, mil pruebas. Nuevo seminograma de Manel, cuyo resultado es
más que aceptable (Pregunta: por qué el primero salió fatal y este estaba
tan bien? Respuesta: el primero coincidió con una época de gran estrés de mi
marido, incluyendo cambio de trabajo. Y parece mentira, pero la calidad del
semen se ve seriamente afectada por el estrés), y para mí: una analítica
hormonal completa, pruebas de anticuerpos antifosfolípidos, anticuagulante
lúpico, funcionamiento del tiroides, cariotipo de mi marido y mío, biopsia
de endometrio.......TODO NORMAL. Y claro, dices "Gracias a Dios!", pero
también dices, "¿y entonces......?".

Después de los 3 meses de espera de rigor, y con la ayudita de seguir
tomándome la temperatura y utilizar tests de ovulación, me quedo de nuevo
embarazada al primer mes de intentarlo. ¡¡¡Por fin!!! ¡¡¡A la tercera va la
vencida!!! Esa era la buena, la definitiva, aquí estaba nuestro bebé........

Esta vez fuimos más cautelosos y no lo dijimos más que a un par de amigos
íntimos, ni siquiera a la familia. Vimos latir su corazoncito en la
ecografía de la semana 6, y Manel se emocionó. Como fue en vacaciones,
compré un papel pintado para la futura habitación del bebé, y le puse una
cenefa de ositos.......

La siguiente ecografía en la semana 10 reveló que nuestro pequeño había
dejado de evolucionar hacía un par de semanas. La cara de la ecografista no
se me olvidará en la vida. Pobrecita, leyó nuestro historial antes de
empezar a hacerla y cuando vio que el embrión no se movía, ni latía, no
sabía cómo decírnoslo......aunque yo lo veía en la pantalla me negaba a
creerlo. Salimos de allí alelados, con un nuevo legrado programado para el
día siguiente. Con deciros que nos fuimos al cine, os podéis imaginar cómo
estábamos de aturdidos, creo que ni siquiera nos dimos cuenta de lo que
pasaba.....

Esta vez se pudo analizar el embrión y nos dijeron que sufría una trisomía
en el cromosoma 13. Es la tercera alteración cromosómica más usual, después
de la 21 y la 18. Nuestro bebé podría haber llegado a nacer, sufriendo unas
consecuencias terribles, malformaciones en casi todos sus órganos,
imposibilidad de caminar, hablar, moverse, y esperanza de vida inferior a
los 2 años. No sabéis cómo me alegré de comprobar que la naturaleza es
sabia..........

Después de ese tercer aborto casi caí en una depresión. Me pasaba los días
llorando, no podía dejar de llorar. No podía hablar con nadie, ni siquiera
con mi marido el cual, pobre, no sabía qué hacer. Él también lo pasaba mal,
él también lo sentía, pero se hacía el fuerte porque yo estaba tan mal. Al
final, su fuerza me dio ánimos para sobreponerme y pensar que por lo menos
nos teníamos uno al otro. Creo que es un sentimiento que todas
comprenderéis.

A estas alturas, nuestro diagnóstico según nuestro médico era "MALA SUERTE".
No teníamos una causa para los abortos. Los dos somos normales, podemos
concebir. Simplemente nos dijo que el azar nos estaba jugando una muy mala
pasada, que no parecía que ninguno de los abortos estuvieran relacionados,
ya que cada uno había sido por una causa diferente. Que nos daba la venia
para seguir intentándolo aunque, debido a la alteración genética de este
último embrión, recomendaba amniocentesis para nuestro próximo embarazo (yo
sólo pensaba que OJALÁ llegase el momento de tener que decidir si me hacía o
no la amniocentesis......).

Bueno, y llegamos a Enero de 1999. Nuevo embarazo y MILLONES de temores. Un
no vivir. De entrada, empiezo a manchar a la siguiente semana de hacerme el
test de embarazo. Llorando a lágrima viva, me voy a Urgencias y me espero
pacientemente durante más de 1 hora a que por favor me hagan una ecografía y
me digan si estoy abortando nuevamente. Allí, sola y llorando en la sala de
espera, pasé algunos de los peores momentos de mi vida. Hasta vino una
enfermera a consolarme.... En la ecografía que por fín me hacen se observa
saco gestacional con VESICULA VITELINA en su interior. El diagnóstico es:
amenaza de aborto y recomendación de nueva ecografía en dos semanas.

La siguiente ecografía en la semana 7.....aprobado!!!! embrión vivo y latido
!!!! Al cabo de unos días vuelvo a Urgencias histérica perdida porque me han
desaparecido todos los síntomas de embarazo (tensión en el pecho, sueño,
etc.). La ecografía me demuestra que me equivoco y que mi pequeño/a sigue
creciendo. Vamos superando etapas.....una nueva ecografía a la semana
12......vemos sus manitas y su cabecita, y sus piernas!!!! Y parece que
llega el momento de la amniocentesis, y yo ya tengo un poco de barriguita
(estoy en la semana 16) y me entran las dudas....pero me la hago, y me dicen
que tengo una NIÑA SANA dentro de mí.....y poco después empiezo a notar sus
pataditas, y a partir de ese momento los temores empiezan poco a poco a
disminuir (nunca a desaparecer). Y cambiamos la decoración de su cuarto,
cautelosamente, y empezamos a preparar su ropita, su cochecito, a volver a
pensar en nombres.......y llega el momento del parto y es MAGICO!!! Con mi
marido a mi lado viendo nacer a nuestra hija, a pesar de que hubo algún
contratiempo, entre ellos que cuando me rompieron las aguas éstas salieron
turbias, y que mi hija venía con dos vueltas de cordón alrededor del
cuello......pero es una niña guapísima y sonrosada que llora y que llega al
mundo abriendo los brazos y pidiendo paso como diciendo "aquí estoy!!!"

Bueno, si habéis llegado hasta aquí, creo que os merecéis un premio!!! Ni
siquiera me he dado cuenta de cuanto había escrito.

Como conclusión, sólo deciros que la maternidad me ha hecho mejor persona.
Descubres que existe un amor que no conocías. Es como el ciego que de
repente puede ver, como descubrir que puedes volar. Una piensa que ama, que
vive, que siente, pero cuando tienes un hijo, descubres lo que es amar,
vivir, sentir. Es un TODO. Es tu vida. Darías tu vida por esa cosita
pequeña. Morirías mil veces si pudieras por él, por ella. No es que te anule
como persona, que pases a ser madre en vez de mujer. Es que tú eliges,
decides, que esa cosita que llora a tu lado en su cuna es tu vida. Que tu
corazón es el que late dentro de su cuerpo. Que tu vida empieza cuando das
vida.....

Así que ya conocéis mi historia. Mi hija Cristina pronto cumplirá un año.
Cada vez que la miro no pienso en lo mal que lo hemos pasado, sino que doy
gracias por tenerla. Volvería a pasar todo lo que pasé y mil veces más.
Aunque a veces creas que no puedes más, la recompensa llega y es
insuperable.

MónicaS

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